martes, 7 de junio de 2011

El sector vitivinícola busca alternativas al cambio climático


La viña es un cultivo extremadamente sensible a los cambios climáticos, y si nadie lo remedia se convertirá en uno de los sectores agrícolas que más sufrirá el aumento de las temperaturas, como consecuencia de la emisión descontrolada de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Buscar soluciones y dar a conocer los proyectos que algunas bodegas están implantado para reducir su huella ecológica es el objetivo del foro “Wineries for Climate Protection”, que se celebrará el 10 de junio en Barcelona. 
El sector vitivinícola busca alternativas al cambio climático 
Este encuentro programado por la Federación Española del Vino en colaboración con la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) y la Fundación para la protección de las Viñas, el Medio Ambiente y los Consumidores (VIMAC), reunirá en la Ciudad Condal a los responsables de las mejores bodegas del mundo, y a expertos en medio ambiente y protección del clima. En el marco de la feria Alimentaria, todos ellos tratarán de plantear soluciones a los efectos que el aumento de las temperaturas tendrá en las condiciones de vida de las zonas vitivinícolas y en la calidad de los caldos.
Pau Roca, secretario general de la Federación Española del Vino, ha explicado, durante la presentación a la prensa en Madrid, que “este encuentro es un acto de responsabilidad por parte del sector, que nos permitirá reflexionar y traspasar las experiencias de éxito que se están llevando a cabo en algunas bodegas”.  De hecho, en este foro, que estará presidido por el ex presidente de Chile y enviado especial de la ONU para el Cambio Climático, Ricardo Lago, se expondrán  los proyectos y experiencias de algunas empresas para reducir el consumo de energías fósiles y aplicar de forma progresiva el uso de las energías renovables.
“La propuesta incluye la presentación de una declaración de intenciones de carácter internacional con diez objetivos al que podrán acogerse de manera voluntaria las bodegas, entidades y personas vinculadas a la vid”, señala el secretario general de FIVIN, Domingo Valiente.
Edificación sostenible y renovablesEntre los objetivos a implantar  destaca la reducción de la huella de carbono de cada botella en un 20% hasta el año 2020, el uso de técnicas de edificación sostenible y la implantación de fuentes de energía alternativas, para cubrir parte de las necesidades térmicas de las bodegas. Las bodegas firmantes se comprometerán también a aplicar prácticas de cultivo que permitan la conservación de los recursos naturales, limiten el uso de productos químicos y favorezcan la flora, la fauna y la calidad de los suelos, así como a reducir la huella hidrográfica y a introducir un sistema de “packaging” ecológico.
El decálogo recoge también propuestas para reducir la cantidad generada de residuos y aplicar medidas de reciclaje y valorización de los materiales, la utilización de subproductos de la bodega, como nueva materia prima de producción o la implantación de un sistema de distribución más ecológico, mediante el uso de transporte energéticamente más eficiente y la optimización de cargas y rutas. Desarrollar líneas de investigación orientadas a conseguir la reducción del uso de recursos naturales, la generación de residuos y las emisiones de CO2 y sensibilizar a los proveedores y a los trabajadores en las buenas prácticas medioambientales, serán otras de las medidas a adoptar.
Protocolo de acciónLas bodegas que firmen el protocolo pedirán tanto a la Federación Española del Vino como a la Organización Internacional de la Viña y el Vino que establezcan un protocolo de acciones a desarrollar y a que a se establezcan sistemas de tutela que garanticen el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la firma de este manifiesto.
“España es el primer viñedo del mundo”, ha señalado Carlos Moro, presidente del Grupo Matarromera, “por lo que se hace necesario llevar a cabo un desarrollo tecnológico que esté ligado al cambio climático”. Sus bodegas han sido pioneras en España en llevar a cabo proyectos sostenibles y sus caldos los primeros en contar con el cálculo de la huella de carbono. “España está a la cabeza en innovación, pero hay que seguir invirtiendo para que nuestros vinos sigan siendo de máxima calidad, ecológicos y beneficiosos con el medio ambiente”, ha insistido.  

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