Dirigidos a una sociedad "cada vez más preo-cupada por su salud", que no quiere renunciar a "saborear un buen vino", nace Élivo ZeroZero, un caldo sin alcohol. "Es la evolución del vino", sostienen en la firma. El endurecimiento de la legislación española (que en 2006 prohibió publicitar las bondades de las bebidas alcohólicas), sorprendió a varios investigadores, entre ellos al biólogo Ramón Bodenlle, con un estudio sobre la mesa que ensalzaba las propiedades cardiosaludables de los caldos. "La investigación probaba los efectos beneficiosos del vino sobre los sistemas cardiaco y nervioso; ante la imposibilidad de venderlo de este modo, decidimos desalcoholizarlo", cuenta Bodenlle. Para ello fueron necesarios tres años de pruebas, algunas de ellas fuera de España, porque entonces no existían aquí las técnicas industriales adecuadas.
Los primeros vinos sin dieron como resultado una bebida ácida y sin aroma, hasta que en 2009 se hizo el primer embotellado. Raisin D'Or comercializa desde entonces diferentes variedades de vino sin alcohol (y de baja graduación) con el objetivo de mantener los efectos positivos de estos caldos sin que se resienta el hígado. "Los vinos desalcoholizados conservan todas las propiedades y evitan los inconvenientes del consumo de alcohol, ya que en el proceso no se pierden las moléculas bioactivas que resultan beneficiosas para la salud", explica Bodenlle, a día de hoy gerente del Grupo Élivo. Al estar desalcoholizados, "contienen hasta un 80% menos de calorías".
A la vista de la buena acogida inicial en el mercado, Élivo ZeroZero comenzó a comercializarse de forma paralela tanto en España como en Europa, pero sin descuidar un mercado que les está reportando muy buenos resultados: el de los países árabes. "En España, Francia o Italia existe una cultura vitivinícola muy arraigada, por lo que en un primer momento nos costó penetrar; pensaban que un vino sin alcohol, no es vino. Ahora consumidores, enólogos y sumilleres han entendido nuestro producto. En cambio, la respuesta en los países árabes ha sido muy buena desde el principio y la demanda va en aumento", explica el biólogo.
Son conscientes de que han sido pioneros en su sector pero ya les están saliendo competidores, lo que obliga a un proceso de innovación constante. No poseen bodegas, sino que compran vino que desalcoholizan y embotellan, pero también realizan el proceso, por encargo, para otras firmas. En el Grupo Élivo entienden que el negocio no ha hecho más que empezar: "En estos momentos se habla de vino sin alcohol, pero pronto se comenzará a precisar más el caldo desalcoholizado del que se trate". Ellos, de momento, venden blancos y tintos procedentes de bodegas de Galicia, del norte de Portugal y de La Rioja; los espumosos y los blancos de verano constituyen su apuesta más reciente.
Los primeros vinos sin dieron como resultado una bebida ácida y sin aroma, hasta que en 2009 se hizo el primer embotellado. Raisin D'Or comercializa desde entonces diferentes variedades de vino sin alcohol (y de baja graduación) con el objetivo de mantener los efectos positivos de estos caldos sin que se resienta el hígado. "Los vinos desalcoholizados conservan todas las propiedades y evitan los inconvenientes del consumo de alcohol, ya que en el proceso no se pierden las moléculas bioactivas que resultan beneficiosas para la salud", explica Bodenlle, a día de hoy gerente del Grupo Élivo. Al estar desalcoholizados, "contienen hasta un 80% menos de calorías".
Para obtenerlos, son sometidos a un proceso de presión y temperatura
Para su obtención, y evitar que los vinos pierdan un ápice de aroma ni sabor, son sometidos a un proceso consistente en incrementos suaves y controlados de presión y temperatura hasta que alcanzan los 30-35º C, lo que favorece la eliminación del alcohol sin alterar las características esenciales de la bebida. "La desalcoholización se realiza por un proceso físico, sin añadir ningún elemento químico ajeno al propio vino, por lo que el resultado es un producto natural y de alta calidad", remacha Bodenlle. A la vista de la buena acogida inicial en el mercado, Élivo ZeroZero comenzó a comercializarse de forma paralela tanto en España como en Europa, pero sin descuidar un mercado que les está reportando muy buenos resultados: el de los países árabes. "En España, Francia o Italia existe una cultura vitivinícola muy arraigada, por lo que en un primer momento nos costó penetrar; pensaban que un vino sin alcohol, no es vino. Ahora consumidores, enólogos y sumilleres han entendido nuestro producto. En cambio, la respuesta en los países árabes ha sido muy buena desde el principio y la demanda va en aumento", explica el biólogo.
Son conscientes de que han sido pioneros en su sector pero ya les están saliendo competidores, lo que obliga a un proceso de innovación constante. No poseen bodegas, sino que compran vino que desalcoholizan y embotellan, pero también realizan el proceso, por encargo, para otras firmas. En el Grupo Élivo entienden que el negocio no ha hecho más que empezar: "En estos momentos se habla de vino sin alcohol, pero pronto se comenzará a precisar más el caldo desalcoholizado del que se trate". Ellos, de momento, venden blancos y tintos procedentes de bodegas de Galicia, del norte de Portugal y de La Rioja; los espumosos y los blancos de verano constituyen su apuesta más reciente.
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