Mujeres embarazadas, la tercera edad, deportistas de élite, individuos comprometidos con la salud, dietas o consumos responsables o delimitados por sus creencias y, en definitiva, personas que requieren sustitutivos del alcohol son los colectivos a los que el Grupo Matarromera da respuesta con su último proyecto tecnológico, la mayor planta del mundo de Deconstrucción Molecular que permite el diseño de vinos de hasta 0,0 grados.
El vino y su deconstrucción molecular permite «enormes posibilidades, como ya demostraron los fabricantes de cerveza años atrás, pero con el añadido de que este producto tiene una mayor dificultad bioquímica y su consumo moderado está considerado como saludable para el organismo», aún más sin alcohol y sin calorías. Es el caso de los productos del Grupo Matarromera «EminaSin» (de menos de un grado de alcohol) y «EminaZero» (o,o%), que mantienen todas las propiedades beneficiosas —acción antiinflamatoria, poder antioxidante y efectos anticancerígenos— con un nivel mínimo de conservantes alimentarios, según destacó ayer el presidente de la compañía, Carlos Moro, en la inauguración de la planta ubicada en Valbuena del Duero (Valladolid), a la que asistieron la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia; el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y de las Cortes, Josefa García Cirac; y los consejeros de Economía y Empleo y Agricultura y Ganadería, Tomás Villanueva y Silvia Clemente, entre otras personalidades.
«EminaZero», en sus variedades rosado, blanco y tinto, fue la primera bebida «0,0» del mercado internacional elaborada a base de vino. Ahora se ha atrevido a comercializar el primer espumoso sin alcohol. El resultado es fruto de un complejo proceso de reconstitución del caldo desaromatizado y desalcoholizado, en el que el Grupo Matarromera ha desarrollado «largas, costosas e intensas investigaciones» durante seis años. En la jornada de ayer este recorrido concluyó con la inauguración de la Planta de Deconstrucción Molecular, que abrió sus puertas creando una «nueva categoría de producto» y generando un proyecto «pionero a nivel europeo», apuntó Carlos Moro. El proceso de producción de esta planta consta de tres complejas fases a partir del vino natural. La primera de ellas consiste en la desaromatización, y en la misma los compuestos aromáticos más volátiles se separan del caldo obteniéndose aromas sin alcohol. A continuación, se divide de nuevo en dos fracciones, que son etanol de aproximadamente sesenta grados y vino desalcoholizado. Finalmente, la reconstitución organoléptica incorpora aromas sin alcohol y aditivos alimentarios de segunda generación.
Mercados internacionales
La nueva planta, que será la primera del mundo en desalcoholizar un vino natural hasta los 0,0 grados, permitirá la producción de nueve millones de litros de «EminaSin» y «EminaZero», que se distribuirán en mercados internacionales, como Oriente Medio, Asia Central, Estados Unidos o China. El fin de la compañía es que en el año 2015 se exporten ya a ochenta países y su volumen de ventas se vea incrementado un cuarenta por ciento, hasta los 47,8 millones de euros.
Este trabajo de investigación, que se inició en el año 2006, ha abarcado diferentes proyectos de I+D+i en los que han participado administraciones europeas, nacionales y autonómicas. En total, la inversión del proyecto ha ascendido a los siete millones de euros.La Planta de Deconstrucción Molecular permite además la investigación en la deconstrucción de la uva y en la aplicación de su contenido polifenólico a otras matrices alimentarias y no alimentarias. Con ello, se permitiría crear nuevos productos de consumo enriquecidos en los campos cosmético, farmacológico y agroalimentario.